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Las 11 personas que no deberían usar el transporte público
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En el transporte público se encuentra uno de todo. Y no siempre cosas buenas.

El Metro de Nueva York, por ejemplo, ha comenzado una campaña para que las personas eviten invadir el espacio personal de los demás. Y claro, una cosa es que el espacio sea poco, y otra es sentir el brazo o la pierna del compañero de asiento tocándonos, solo porque el otro no puede sentarse correctamente.

Aquí otras conductas que deberían ser prohibidas en el transporte público.

1. Gritones al teléfono

Ya es suficientemente malo tener que escuchar las conversaciones de la gente en el trabajo o en la calle. Pero tener que aguantarlas, a todo volumen, en el transporte público, no tiene igual. Y es aún peor si son aburridas. ¿No se dan cuenta de que todos podemos escuchar esa pelea con su pareja?

Las 11 personas que no deberían usar el transporte público - celular_metro

2. Bips al teclear Olvidando a los gritones, está el otro lado de la moneda: los tecleadores. Bip tras bip, logran volver locos a los que los rodean. En serio, para eso se hizo la función de vibrar o enmudecer.

3. Los mochileros. Van con su casa por todos lados en la espalda. Y no son las tortugas. Esos que llevan la mochila gigante como si fueran a los himalayas ocupan doble espacio, y es peor si son incapaces de quitársela de la espalda. ¿Qué les cuesta ser un poco más considerados y dejar de golpear a los demás con sus mochilas?

4. Los que abren las ventanas. A veces los días son demasiado calurosos. A veces hay demasiadas personas en los vagones o el autobus. Pero es cortesía común preguntar antes de abrir la ventana antes de ser golpeados por las corrientes de aire.

5. Djs. Una palabra: audífonos. Y volumen moderado. Algunas veces no estamos de humor para escuchar el top 10, o a las canciones de dolidos, o el tema de heavy metal a todo volumen. Y no es muy cómodo tampoco escuchar el buzz saliendo de los audífonos.

6. Apestosos. Un baño, por favor. Desodorante o un poco de limón. O al menos aromatizante de auto colgado del cuello, que oculte un poco ese olor a sudor, o a perro mojado, lo que lo explique mejor.

7. Viajes escolares. Un montón de niños o adolescentes en una de esas salidas escolares puede desquiciar a cualquiera, sobre todo si van acompañados de risas, gritos, celulares ruidosos, bips bips y todo lo anteriormente mencionado.

8. Los que hacen la plática. No todos queremos saber la vida de los demás. Mucho menos compartir la propia. Por esto, los que insisten en hablar durante un viaje, a pesar de que la otra persona sigue contestando con monosílabos e ignorando sus palabras, no son algo apreciado cuando nos transportamos.

9. Salón de belleza ambulante. Estos son clásicos. Nunca falta alguna señorita enchinándose las pestañas, poniéndose labial o rubor. Es aguantable. El que se va peinando, ok. Pero la que se enchina las pestañas con alfileres nos tiene al borde del asiento, esperando lo peor. Pero los peores son los que se rasuran, depilan o cortan las uñas en el transporte… eso ya es otra cosa.

Las 11 personas que no deberían usar el transporte público - comedor_metro_csmonitor
Foto de CS Monitor

10. Comedores. Una manzana no importa. Alguna barra de granola, ni se nota. Es diferente cuando es algo muy oloroso, que escurre, que deja migajas, o basura, pues ya afecta a todos los demás. ¿No puede esperar hasta llegar a su destino para comer sus gorditas de chicharrón?

11. Los que aspiran los mocos. En esta época del año, estas personas en particular abundan. Ni aunque estén enfermos se merecen compasión, pues es muy fácil llevar pañuelos desechables en la bolsa. Como dicen las mamás: dejen de comerse los mocos.

12. Los vagoneros. Esos molestos vendedores ambulantes que le ponen la bocina en la oreja, con la música a todo volumen sin importar si a usted le duele la cabeza, está concentrada o tiene sueño. 

¿Cuál falta?

Con información de Telegraph