Elecciones 2024
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El 31 de agosto pasado finalizaron 11 de los 24 trimestres para los que los mexicanos eligieron a Enrique Peña Nieto como presidente de México. No ha sido una presidencia fácil; aunque han existido periodos de calma, en general el ambiente ha sido tenso en momentos y violento en otros. El trimestre 11, como ya lo anotamos en un texto anterior, se caracterizó por muchos eventos pero destacadamente por la fuga del Chapo Guzmán, los cambios en el gabinete, el asesinato múltiple en la colonia Narvarte del DF y las elecciones del 7 de junio, entre muchos otros eventos. Pero, ¿cómo queda la evaluación del presidente al terminar este periodo? Aquí algunos datos:

Después de dos trimestres de estabilidad en la aprobación del presidente, se observó una disminución de tres puntos porcentuales, explicada principalmente por la fuga de Joaquín Guzmán. Por segmentos poblacionales, quienes peor evalúan al presidente son los jóvenes y los estratos de mayor escolaridad e ingresos, lo cual coincide con otras mediciones las cuales muestran que “los líderes” castigan más que el resto el trabajo del presidente. Los cuatro momentos que más han afectado los niveles de aprobación son las detenciones de la maestra Elba Esther Gordillo y la de El Chapo Guzmán (a favor), y el caso Iguala y la fuga de El Chapo (en contra).

Para 22% de los mexicanos el país lleva un rumbo correcto y 66% dice que equivocado; estos valores prácticamente no se han movido desde febrero pasado, después de haberse deteriorado a finales del 2014. La caída en la aprobación hacia los gobernantes es general en los tres niveles de autoridad. Desde agosto del 2007 al 2014 observamos cómo la aprobación promedio de los gobernadores siempre ha estado por arriba de la del presidente, pero ha pasado de niveles de 70% en 2007-2009 a 60% en 2010-2013, y ahora en 45% en el 2015, cayendo en promedio 26 puntos porcentuales en cinco años. Para el caso de los alcaldes pasa lo mismo, una disminución que inicia en el 2007 y se ha acentuado en varios momentos.

De las reformas enviadas por el presidente y aprobadas por los diputados y senadores en este sexenio la más recordada por los ciudadanos en forma espontánea es la energética (29%), seguida por la educativa (28%), muy arriba del resto de las reformas; sin embargo, cuando se pregunta por la importancia, la reforma educativa sobrepasa por mucho a la energética (27% contra 16%), dejando nuevamente muy rezagadas las menciones al resto de las reformas. Para los siguientes tres años, aunque uno de cada tres mexicanos piensa en nuevas reformas, la mayoría (56%) considera que se deben mostrar los resultados de las que ya se aprobaron.

En el transcurso del 2015, el problema percibido como principal se incrementa en lo que respecta a corrupción y narcotráfico, arrebatando puntos a la inseguridad y economía que siguen siendo las más mencionadas. Al agrupar en dos tipos de problemas observamos que después de dos años en los que las menciones sobre problemas de seguridad bajaban, en el 2015 muestran un nuevo incremento, igual a los niveles del 2013.

La baja evaluación de los gobernantes no es privativa de México, el promedio de los presidentes en el continente americano muestra una disminución de nueve puntos porcentuales y pasa de 49 a 40%; éste es el promedio más bajo en más de 10 años. Adicionalmente, vemos a lo largo de los últimos años una caída permanente de la confianza ciudadana en las instituciones de todo tipo, sean políticas, de seguridad, públicas o privadas.